martes, 15 de julio de 2014

¿Qué está pasando con el ánime?

Por: Rolando José Rodríguez De León, Ph.D.

IZ.: Mitsuo Fukuda, DE.: Hayao Miyazaki.

        Hace un tiempo atrás Mitsuo Fukuda, director del anime Gundam Seed, criticaba las regulaciones impuestas al ánime en la tanda nocturna Japonesa. Mucho tiempo antes, Hayao Miyazaki se quejaba de que la industria de animación japonesa estaba plagada de otakus.

        A muchas personas les dolió el comentario de Miyazaki, lo sacaron de contexto y lo elevaron a discurso de odio. Nada más alejado de la realidad.

        Ambos directores se han quejado de la industria para la que han laborado por tanto tiempo y a nuestro parecer, con algo de razón. Comencemos con Miyazaki, es obvio que el trabajo de un animador es animar, es plasmar la fluidez del movimiento en imágenes estáticas, por lo que se hace necesario observar a todos los seres vivos y algunos inanimados.

        Personas y animales tienen diferentes formas de locomoción, cuatro patas, dos patas o muchas patas, todos los movimientos son distintos y por ende el buen animador debe contemplarlos, ver sus características y así, poder plasmarlos. Si fueses a animar una silla o una mesa, ¿qué animal cuadrúpedo escogerías para hacerlo, un tigre, un rinoceronte, un caballo?

        Y no es solo la locomoción, la interacción entre estos o por si solos genera diferentes movimientos y expresiones. ¿Cómo se cortejan los gatos, cómo juegan dos perros?, ¿Cómo hablas con un superior y cómo hablas con un ser amado?. 

        Es aquí donde queríamos llegar; la interacción humana. Miyazaki plantea que alguien que no tiene interacción con otras personas, o limita esta a un mínimo necesario —como un otaku, según él— no puede generar buena animación. Estamos un 60% de acuerdo con el director, para bien o para mal, las tecnologías como youtube o vimeo entre otras permiten que se pueda visualizar ciertos movimientos, sin embargo, alguien que no te puede ver a la cara o que los movimientos que ve son animados por otros, no puede al cien por ciento recrear el movimiento real y de esto es lo que se trata la animación.

        Fukuda por su parte se queja de las regulaciones a la industria, en especial de la censura, no estoy muy familiarizado con el manejo de los canales en Japón, pero se que de 2002 (fecha de creación de Gundam Seed) a la fecha ha pasado mucha agua debajo del puente. Las regulaciones son a nivel mundial, premia lo políticamente correcto, la no ofensa al otro y el herir la menor cantidad de susceptibilidades; a pesar que en la vida real, la norma pareciese ser todo lo contrario y agravios de todo tipo se dan a diestra y siniestra.

        Personalmente pienso que la industria del ánime tiene muchos más problemas que los presentados por ambos directores. Pero, hay cosas más profundas, que la afectan desde hace décadas.

        La comercialización rampante en la creación de animaciones hace que la mayoría de las nuevas series sean homogéneas. Las historias se entrelazan con clichés y la serie a crear será "Chicas mágicas", "robots", "harén", "guerras" y en el peor de los casos, "Extraterrestres con tentáculos".

        Las mismas narraciones se repiten hasta el cansancio con variaciones a las anteriores, pero en el fondo son lo mismo:

        1. "Un chico/chica que quiere se el mejor en x cosa, a pesar de ser un inútil, se esfuerza y logra su cometido"

        2. "Un chico/chica que busca vengar la muerte de su: 'padre', 'madre', 'novia', 'hermanos' o 'todos los anteriores' y busca contra viento y marea al asesino de este/a/os"

        3. "Un  chico/chica con las habilidades sociales de un cactus, que por un: 'fenómeno de la naturaleza', 'acto de magia', 'acto de leyenda', 'herencia', 'tecnología' o 'pura casualidad' queda a cargo de un grupo de chicos/chicas más buenos/as que el pan y más tontos/as que la pared de enfrente"

        Se que para algunos estos son los buenos ánimes, para nosotros es algo preocupante. La historia se convierte en el vehículo de las mercancías; suéteres, figuras, comida, o cualquier objeto vendible de forma legal (como el perfume de Sailor Moon), el comercialismo rampante aboca a ideas rápidas que engorden chequeras, dejando de lado las buenas ideas.


¿A qué huele Sailor Moon, acetato, celuloide, tinta o recientemente a bits?

        Satoshi Kon en la entrevista que le hiciéramos en 2007 dejó plasmada una frase con la que nos sentimos plenamente identificados y que cierra este escrito:

        "Es sencillo seguir produciendo anime de espíritu infantil, pero me parece que no es muy prometedor el futuro de la clase de anime que yo deseo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo, lamentablemente, el arte del anime se ha simplificado a animaciones simples, argumentos ideados solo para gustar y lograr popularidad, personajes superfluos y genéricos, y desarrollos de las tramas a puro cliché. ¡Pero bueno! me gusta mucho este blog, hace poco lo he descubierto y espero explorarlo de costa a costa. Espero sigan sacando entradas, ¡los estaré observando de cerca! x)