Doraemon -El gato Cósmico- fue creado por Fujiko F. Fujio, el seudónimo de Hiroshi Fujimoto y Abiko Moto, Doraemon ve la luz en 1969 en forma de manga y en 1979 Shin-Ei Animation produjo la serie de televisión. El 19 de marzo del 2008, el Ministerio de Asuntos Exteriores del Japón, presidido por el Sr. Masahiko Koumura, lo nombró Embajador Anime para el mundo.
Las aventuras de este gato-robot del siglo 22 hicieron reír a muchos de los aquí presentes a principios de los años 80, los mismos que ahora disfrutamos con los hijos de los infortunios de Nobita y de los ingentes esfuerzos de Doraemon por sacarlo de los aprietos en que parece tan dispuesto a meterse.
A los adultos nos invita a volver a vivir el tiempo en que jugábamos con nuestros amigos en la calle, en terrenos baldíos y quebradas o explorando los barrios vecinos, que en nuestra imaginación se encontraban a distancias inverosímiles. Lo hermoso es que fue un pasado común a muchos centros urbanos de hace tres décadas, no es necesario ser japonés para haber vivido estas aventuras, ya que ellas estaban presentes en Panamá, Chile, México y demás.
Ahora Doraemon maravilla con los inventos futuristas que saca de su bolsillo de la cuarta dimensión con el propósito de ayudar a Nobita, ¿Quién no disfrutaría de volar con un gorro-cóptero, o de ir al lugar que se le antoje con la puerta mágica? Si bien también saca algunos poco comunes o simplemente extraños como la linterna de sombras, artilugio que en vez de proyectar luz, proyecta oscuridad; es la misma inagotable fuente de imaginación la que llenaba nuestras tardes y nos hacia desear tener un gato cósmico en nuestro hogar.
Sin embargo, esta serie infantil va mucho más allá de la mera diversión de su público, Las aventuras de Doraemon y Nobita, junto a Suneo, Gian o gigante y Shizuka llegan a tener influencias y enseñanzas en ciencias, moral e incluso en ambientalismo; eso sí, sin excederse más allá de una forma amena como medio de instruir a los niños.
Joseph Campbell en su libro “Un héroe de mil caras” dice:
“Un héroe se aventura, de un lugar común, a una región desconocida, se encuentra con fabulosas fuerzas opositoras y gana una victoria decisiva, el héroe regresa con la energía y conocimiento para ayudar a los demás”
Siguiendo este criterio, Doraemon es un héroe, puede trastabillar en su intento por ayudar a Nobita, pero al final logra salir victorioso y, aunque esta victoria pueda parecer pequeña comparada con las hazañas de un Hércules o un Ulises, es la que se nos hace familiar y podemos compartir.
En palabras de Donald George editor de Lonely planet:
“Doraemon representa una hermosa combinación de inocencia e imaginación y te llena de esa sensación infantil de que todo es posible.”
Hoy, gracias a los esfuerzos de la Embajada de Japón en Panamá, podremos disfrutar de una película del nuevo Embajador anime, compartir con nuestros hijos, sobrinos o amigos los momentos de diversión de nuestra juventud, recordar y reír con la película DORAEMON Y EL PEQUEÑO DINOSAURIO, recreación de la versión del mismo nombre de 1980 y una de las tantas que han salido al mercado de este gato azul y cabezón que se ha ganado un lugar en nuestros corazones.
Sin más demora y con la esperanza de que estos eventos se repitan y crezcan en nuestro país, los invito a disfrutar de esta película.
¡Muchas gracias!
La siguiente película fue La princesa Mononoke:
El afamado Director Satoshi Kon, dijo en una entrevista: “Para mí es un poco extraño que los extranjeros puedan ver nuestras películas y encontrarlas interesantes, sin entender su contexto” y esta sencilla frase, lleva implícita una pregunta que parece sencilla ¿Por qué gusta el séptimo arte japonés a quienes no crecieron en una cultura oriental?.
Hay intento de respuesta, para algunos es el estilo de sus dibujos, ahora bautizado como estilo manga, para otros es lo impactante de las historias que lleva a sentirse identificados con uno u otro personaje, o con los iconos culturales y las formas en que se presentan sus raíces. En verdad, el creador plasma parte de su mundo en sus historias, sus vivencias de primera o segunda mano, la forma en que percibe el ambiente que le rodea y cómo imagina el mundo que no conoce.
El anime japonés es una amalgama de colores, experiencias, movimientos, vivencias, cultura e imaginación, que ha sido y es el medio en que crecen los japoneses, el cual se ha transferido al mundo entero; no en vano su Embajador Anime, Doraemon resulta una figura conocida a nivel internacional.
Pero, ¿Cuando empezamos a embebernos de estos mundos al principio reservados a la teleaudiencia japonesa? Desde finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, cuando fuimos testigos del avance del mundo en Robótica, vimos ciudades bajo el mar, competimos en carreras en diferentes países y salimos del planeta en naves espaciales. En resumidas cuentas, cuando reímos, lloramos, soñamos, imaginamos, gracias al poder y la fuerza del anime.
Existen muchos nombres relacionados con este arte en movimiento, para los amantes del medio, los héroes detrás de las historias son Mamoru Oshii, Satoshi Kon, Hideaki Anno. Aunque hay una miríada de creadores, hoy reconocemos a Hayao Miyasaki, director, productor, escritor y fundador del afamado Estudio Ghibli.
Hablar de Hayao Miyasaki es hablar de grandes creaciones como El castillo en el cielo, Mi vecino Totoro, Porco Rosso, La princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro o El castillo ambulante, por sólo mencionar algunas. En ellas plasma gráficamente el amor que siente por lo que hace, mientras que las historias reflejan también el amor que siente por los niños, por su cultura, la mitología y el ambiente que le rodea.
La Princesa Mononoke nos lleva a un lugar y una época diferentes a las que conocemos, como también a una lucha donde no hay buenos ni malos. En esta historia, los humanos están en conflicto con la naturaleza, pero sólo por querer vivir una vida integra; la naturaleza por su parte no puede lidiar eficazmente con el ingente aumento de la población de los humanos.
Con esta sencilla premisa, una película que tiene 12 años se nos muestra actual con los hechos que se suceden en el mundo, vemos en ella las raíces Sintoístas del Japón milenario, en una época que podría coincidir con el periodo Muromachi, pero eso sí, con los toques de fantasía que solo Miyazaki puede ofrecer.
Hoy gracias a la Embajada de Japón en Panamá, tendremos el placer de disfrutar de esta creación en el formato que fue pensado, para la gran pantalla, gracias a lo cual nuestros sentidos se enfocarán plenamente en el disfrute del espectáculo, en esos mundos que disfrutamos de pequeños y que estoy seguro, la mayoría de los aquí presentes aún disfruta. Sin más preámbulos, con un simple juicio de excelencia, los dejo con la película “La Princesa Mononoke”
¡Muchas gracias!
También quisiera solicitarles, si alguien tomó fotografías del evento, me las envíe a mi correo electrónico para poder postearlas aquí, por supuesto les daré el crédito que se merecen.
Foto cortesía de: Lolita's in Candyland
4 comentarios:
Excelente todo y que gran aporte.
n.n saludos!
Excelente inauguración, lamentablemente no pude asistir por serios motivos personales. Me queda ir durante la semana, y por supuesto el día sábado para el compromiso de jurado.
Gracias a todos por su participación y continuar apoyando eventos de gran valor como éste.
Denshou
Me alegro que vaya saliendo bien.
¡ENHORABUENA! ^____^
Lamentablemente por razones de salud no pude asistir a las proyecciones del día domingo, pero he ido tanto a la inauguración del sábado, así como en los días siguientes.
Pero el apoyo que está teniendo el público es significativo, es decir, están participando a todos los eventos.
Es por ese detalle que considero que la Semana Japonesa ha llenado los objetivos deseados y eso que estamos en la mitad de la jornada.
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